Las iniciativas de reforma que el Ejecutivo presentó en materia agrícola generan incertidumbre en los productores, principalmente los pequeños, aseguró Juan Carlos Anaya, director general del Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA).

Las restricciones a la siembra y consumo de maíz transgénico es algo que ya se aplica, añadió el especialista en entrevista.

“Sin embargo, queda pendiente la norma especifica para regular y certificar que no se use maíz genéticamente modificado.

“Los legisladores deberán trabajar en modificaciones a esta parte de la iniciativa, la cual no es clara y crea mucha incertidumbre al mercado”, consideró Anaya.

Recordó que actualmente se espera la resolución de un panel presentado por Estados Unidos y Canadá por este tema, por lo que la iniciativa puede ser, otra vez, centro de discusiones entre Gobiernos.

Criticó la propuesta de elevar a rango constitucional los programas entrega de fertilizantes, producción para el bienestar y precios de garantía, pues asegurarían una bolsa de recursos cada año en detrimento de productores de mediana escala.

“Existe inquietud de que (los apoyos) sean sólo para pequeños productores, siendo que los medianos, que abastecen 70 por ciento del consumo nacional, no cuentan con una red de seguridad”, comentó.

Eraclio Rodríguez, coordinador nacional del Frente para el Rescate del Campo Mexicano, consideró por separado que este tipo de iniciativas descobija por completo a los productores que exportan y proveen al mercado nacional, además de que deja sin recursos y sin opción que créditos de la banca comercial a los agricultores.

Magros resultados

Parte de las iniciativas que presentó el Ejecutivo ya se aplican vía programas sociales, con resultados casi nulos.

1.4 millones de toneladas de maíz no se comercializaron y están almacenadas.

2.3% aumentó la producción de granos básicos entre 2019 y 2023.

25% creció la importación de granos en los últimos cinco años.

Fuente: GCMA

Fuente: www.reforma.com