El Gobierno mexicano no pudo demostrar con evidencia científica a Estados Unidos los efectos dañinos que puedan generar el consumo de maíz transgénico, aseguró el Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA).

La semana pasada, Conacyt presentó en un webinar argumentos a la prohibición a la importación de maíz genético y al uso del glifosato.

Alejandro Espinoza Calderón, secretario ejecutivo de la Comisión Intersecretarial de Bioseguridad de los Organismos Genéticamente Modificados del Conacyt, dijo que en la Ciudad de México, 90 por ciento de las tortillas presentan maíz con secuencias transgénicas y 30 por ciento con residuos de glifosato.

“Sin embargo, no se presentó información de la muestra o metodología que ampare estos resultados, dejando a la audiencia con una falta de elementos que justifiquen las cifras mencionadas”, expuso el GCMA en un comunicado.

Añadió que Ana Laura Wegier Briuolo, doctora del Instituto de Biología de la UNAM, dijo que según un monitoreo hay presencia de transgenes de maíz en 23 estados del País, reflejando que están presentes donde no deberían.

“El webinar muestra la presencia de transgenes de maíz en estados donde no deberían presentarse, pero no cumplió su objetivo, al no mostrar las evidencias del daño a la salud humana por el consumo de cultivos transgénicos”, expuso el Grupo.

De acuerdo con el sitio AgriPulse, en la presentación a puerta cerrada entre funcionarios de ambos países, los representantes mexicanos “hicieron poco” por demostrar los riesgos a la salud.

A inicios de año, Estados Unidos solicitó consultas al amparo del T-MEC a la prohibición mexicana a importar maíz transgénico.

El 7 de abril podría concluir las consultas o extenderse, pero senadores estadounidenses han solicitado iniciar un proceso de controversia después de esta fecha.