GCMA-La Goula. México quiere eliminar herbicidas, plaguicidas y transgénicos: ¿ideología o ciencia?, en entrevista con Abel Rodríguez de GCMA.

-01-2023.

Expertos en producción y comercialización de productos agropecuarios explican las serias consecuencias económicas para México, en caso de prohibir glifosato y maíz transgénico.

El 1 de febrero de 2024 no habrá más maíz transgénico en México. También para esa fecha no deberá usarse más glifosato, uno de los herbicidas más utilizados en todo el mundo para el control de la maleza que afecta a los plantíos de alimentos. Todo ello al menos (y hasta ahora) en el papel. El decreto publicado por el gobierno federal desde el 31 de diciembre de 2020 así lo estipula.

Desde entonces, las alarmas se han encendido cada vez con más intensidad en el agro mexicano y en los productores que le venden maíz transgénico a México. Luis Fernando Haro, director del Consejo Nacional Agropecuario (CNA), dijo en octubre pasado, a través de un comunicado, que el maíz transgénico es necesario para la producción de alimentos en nuestro país.

“Hacemos un llamado a nuestro gobierno para que tome rápidamente las medidas necesarias para abordar este problema, ya que el tiempo se está agotando”, solicitaba. MAIZALL, la alianza internacional de asociaciones de productores de maíz de Argentina, Brasil y Estados Unidos, advertía que lo estipulado en el decreto aumentaría la inflación y la inseguridad alimentaria.

El citado decreto establece como objetivo principal sustituir gradualmente el uso, adquisición, distribución, promoción e importación del glifosato y de los agroquímicos que lo contienen. Es hasta el artículo 6 que se desliza que las autoridades en materia de bioseguridad deberán revocar y abstenerse de otorgar permisos de liberación al ambiente de semillas de maíz genéticamente modificado hasta sustituirlo en su totalidad. ¿Qué tiene que ver el glifosato con el maíz transgénico?

Abel Rodríguez, gerente de información del Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA) considera que no hay realmente una razón para que el glifosato y el maíz genéticamente modificado sean mencionados en el mismo decreto. “No tienen nada que ver uno con el otro. La justificación es el supuesto daño que hacen a la salud humana… A menos que detrás de ello haya la intención de dañar a las grandes corporaciones que impulsan y desarrollan tecnología en materia de transgénicos y glifosato”, comenta Rodríguez. Aquí es cuando casi todas las miradas apuntan a Monsanto (que en realidad hoy es propiedad de Bayer). “No puede saberse con exactitud cuál es la finalidad del gobierno de frenar esto”, dice Rodríguez.

Fuente: Goula