Entre los retos que el campo mexicano enfrenta, el cambio climático es de los menos atendidos.

De no atenderse, en el mediano plazo cobrará factura en la productividad de alimentos, señaló Rogelio García Moreno, vicepresidente agrícola el Consejo Nacional Agropecuario (CNA).

“El agro mundial atraviesa tiempos difíciles, de cambio climático, de políticas públicas buenas y malas, tiempos de precios bajos y altos costos de producción, es importante otorgar instrumentos que den certidumbre, que verdaderamente ayuden a generar dinámicas económicas”, expresó.

Pese a ello, los recursos destinados por el sector público a atender problemáticas como la escasez de agua son prácticamente inexistentes.

De acuerdo con un análisis de Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GMCA), si bien el Programa Especial Concurrente para el Desarrollo prevé un incremento para 2024, el recurso se destinará principalmente a esquemas sociales como pensiones, Sembrando Vida y Diconsa y Liconsa, mientras que las inversiones en infraestructura no incluyen caminos rurales o infraestructura hídrica.

Para el agricultor tamaulipeco, el incremento de las temperaturas en el País se suma a la escasez de agua, lo cual podría reflejarse en las cosechas de octubre y noviembre. En Chihuahua, por ejemplo, ya se habla de hasta 100 mil hectáreas afectadas por mayores temperaturas y menos agua.

“Tenemos temperaturas que jamás habíamos visto, semanas enteras arriba de los 38 grados centígrados.

“Estamos todavía al 60, 70 por ciento del ciclo primavera-verano, hay que esperar las heladas, que no vengan muy temprano, estamos esperando todavía los efectos”, dijo el experto.