Exaltación González | 21 de octubre de 2025
La semana pasada, los productores de granos básicos de México se manifestaron en varios Estados del país en reclamo de precios justos por sus cosechas y demandaron que la Federación ponga en marcha políticas públicas que realmente representen un apoyo y fomenten el desarrollo del campo mexicano.
En esta región, los trigueros de Mexicali y San Luis R.C. tomaron por más de 8 horas el puente vehicular que está sobre el cauce seco del Río Colorado para demostrar su inconformidad por la situación del campo.
Para nadie es un secreto que México vive una crisis agrícola sin precedentes. Lejos de avanzar en acciones que atiendan la demanda de los productores del sector agrícola, productores en el país han decidido hacer paros en diferentes Estados para demandar programas eficaces que contribuyan a atender su problemática.
Han destacado que enfrentan una de las peores crisis agroalimentarias en más de cuatro décadas, marcada por el aumento de costos, la caída de precios internacionales y la ausencia de políticas públicas eficaces.
Por su parte, el Grupo Consultor de Mercados Agrícolas expuso que los costos de producción agrícola se han incrementado más de 46% en los últimos cinco años, mientras que los precios internacionales de los granos han caído más de 40% desde 2022, afectando gravemente la rentabilidad de los productores. En el caso del maíz blanco en Sinaloa, los costos por hectárea pasaron de 35 mil 984 pesos en 2020 a 52 mil 901 en 2025, reduciendo los márgenes de ganancia de más del 50% a apenas 12%.
Una de las principales demandas que han hecho los agricultores es que la producción de granos no entre en la negociación del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá, además que no se tome como referencia la Bolsa de Chicago para fijar los precios del maíz y trigo.
Sin embargo, la respuesta oficial no va en ese sentido. Hay un estancamiento productivo: Entre 1994 y 2025, la producción nacional de granos creció sólo 18%, mientras el consumo aumentó 147%, lo que ha disparado las importaciones y reducido la autosuficiencia alimentaria de 72 a 42% en tres décadas.
Los niveles de dependencia son alarmantes: México produce solo el 49% del maíz que consume, 20% del trigo y del arroz, 80% del frijol y 5% de las oleaginosas.
Fuente: La Voz de la Frontera