Con dos mil 255 millones de hectáreas menos de 1995 a 2023 y un aumento de sólo 5.1 millones de toneladas producidas en el mismo periodo, “la situación es crítica”, señaló el presidente. Además, explicó, las importaciones pasaron de 4.21 millones en 2001 a casi 24 millones de toneladas por año al cierre del 2024, repunte no previsto a este nivel.

Estos datos, explicó Hernández Barajas, “sólo demuestra inequidad en el comercio para los productores primarios de nuestro país con EU y Canadá, pero sí beneficia a comercializadores e industriales. Actualmente los agricultores primarios reciben una proporción ínfima sobre el precio final de su producto ante el alto nivel de importación a precios fuertemente subsidiados”, dijo.

En medio de la polémica por el maíz transgénico, la imposición de nuevos aranceles y, sobre todo, por la vuelta de Donald Trump a la presidencia en Estados Unidos, el T-MEC ha sido objeto de señalamientos por parte tanto de funcionarios de alto nivel de los países socios del acuerdo, como por empresarios y productores del sector.

En ese sentido, el Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP) detalló que al cierre del ciclo 2023/24, las importaciones de maíz amarillo de México alcanzarán un nuevo récord, con 22.3 millones de toneladas (Tn), lo que representa 21 por ciento más que el ciclo de mercado anterior. Esto con base en los registros que indican que las importaciones acumuladas de enero a agosto representan 15.8 millones de toneladas.

Por otra parte, Juan Carlos Anaya Castellanos, director general del Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA), aseguró que para 2025 hay un panorama que contempla una menor oferta de maíz blanco debido a la caída de la producción por sequía. De igual forma, la oferta del principal productor de maíz blanco será la más baja desde el 1992, estimó el director.

De igual forma, Anaya Castellanos mencionó que los precios del maíz por menor oferta están subiendo debido a que el peso se está devaluando y a la menor oferta de maíz blanco, situación por la que incluso en estos días ya se observa aumento de precios en este grano y la tortilla.

Esta situación cobra sentido y se agudiza si se tienen en cuenta las palabras del dirigente de la CCI, José Hernández Barajas, respecto a que crece el abandono de la tierra por parte de las nuevas generaciones, crece el cobro por derecho de piso de parte del crimen organizado y la nula atención a la fertilidad que reclama el suelo mexicano.

Y al igual que Juan Carlos Anaya, Hernández Barajas asegura que durante sus recorridos a estados como Sinaloa, principal productor de maíz en México, “vemos que las parcelas están sin sembrar, se prevé que en 2025 baje más la producción de este grano”.

Finalmente, afirmó que la Secretaría de Economía (SE) debe fortalecer los derechos que contempla el T-MEC en favor de los productores nacionales, por lo que el desafío para México radica en encontrar un equilibrio entre la soberanía alimentaria y las exigencias del mercado internacional, un reto que definirá el rumbo de la política agrícola nacional en los próximos meses.

Y la tortilla “valdrá oro”.Por otra parte, expertos coincidieron en que el precio de la tortilla se disparará en 2025 debido, precisamente, al aumento en el costo del maíz blanco.

Homero López, presidente del Consejo Nacional de la Tortilla (CNT), aseguró que el aumento en el costo de este alimento básico será considerable.

Cabe señalar que mientras en diciembre de 2020 el precio promedio de un kilo de tortilla era de 15.54 pesos, para diciembre de 2024 el costó alcanzó los 23.17 pesos, lo que representó un incremento del 49.10 por ciento en cuatro años.

A ese ritmo, el precio de la tortilla durante 2025 podría llegar hasta los 32 o 34 pesos por kilo.

Esto, coincidieron allegados al gremio, favorecería a los empresarios del maíz y la tortilla en la postura de no disminuir el precio de este alimento y, por el contrario, aumentar el precio bajo el argumento de que la materia prima, es decir el maíz, sigue aumentando su precio.

Actualmente, el precio por kilo de la tortilla varía en función de la zona geográfica del país pero no rebasa los 30 pesos ni tampoco baja de los 20, según la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco).

El Sistema Nacional de Información e Integración de Mercados (SNIIM), perteneciente a la SE, determinó que el precio del kilo de las tortillas llegó hasta los 30.86 pesos.