Patricia Carrasco | 14 de octubre de 2025
El país produce solo el 49% del maíz que consume. GCMA advierte que la crisis exige políticas integrales, apoyo equitativo y reorientación de recursos
El sector de granos atraviesa un escenario sin precedentes de altos costos, bajos precios y ausencia de políticas públicas incluyentes, que amenazan la viabilidad productiva y la seguridad alimentaria nacional.
De acuerdo con el análisis del Grupo Consultor de Mercados Agrícolas, los costos de producción agrícola se han incrementado más de 46% en los últimos cinco años, mientras que los precios internacionales de los granos han caído más de 40% desde su pico en 2022.
En el maíz blanco, por ejemplo, los costos promedio en Sinaloa pasaron de $35.984 por hectárea en 2020/21 a $52,901 en 2025/26, lo que ha reducido los márgenes de rentabilidad de más del 50% a apenas 12%.
Dependencia en gramos básicos
En los principales granos básicos, la dependencia es alarmante:
- Maíz: solo se produce el 49% del consumo nacional.
- Trigo panificable: apenas el 20%.
- Arroz: también el 20%.
- Frijol: cerca del 80%.
- Oleaginosas: apenas el 5% de la demanda interna.
Estos niveles de dependencia confirman que México enfrenta una crisis de seguridad alimentaria.
En su análisis, Juan Carlos Anaya, director del GCMA, destaca que otros casos similares se observan en trigo y sorgo.
Producción estancada, dependencia creciente
Entre 1994 y 2025, la producción nacional de granos solo ha crecido 18%, mientras el consumo ha aumentado aceleradamente, obligando a que las importaciones se disparen 147% en el mismo periodo.
Como resultado, el índice de autosuficiencia alimentaria, (que en 1994 era del 72%) se ha desplomado a 42% en 2025, reflejando una pérdida sostenida de soberanía productiva.
De acuerdo al organismo, hay un campo fragmentado y sin brújula
El Censo Agropecuario 2022 (INEGI) muestra una estructura productiva profundamente desigual: 82% de las unidades de producción tienen menos de 5 hectáreas, participa con el 22% del volumen con un rendimiento de 2.22 T/Ha y solo 6.1% accede a crédito.
Además, apenas 1.9% cuenta con seguro agrícola, lo que deja a la mayoría de los productores vulnerables ante la volatilidad del mercado.
Costos de producción agrícola aumentaron 46% en los últimos cinco años / Foto: Patricia Carrasco / La Prensa
La falta de un programa de comercialización integral e incluyente ha dejado a miles de productores medianos fuera de los esquemas de apoyo, eliminando instrumentos clave como el Ingreso Objetivo y la Agricultura por Contrato, que antes ofrecían certidumbre de precios y compradores.
Si hay recursos, pero están mal enfocados
Los recursos presupuestales destinados al campo existen, pero se han reorientado hacia programas asistenciales, sin promover la productividad ni la competitividad.
El Programa de Precios de Garantía beneficia principalmente a pequeños productores, excluyendo a medianos y grandes, quienes aportan la mayor parte del volumen nacional.
Tormenta en el agro
Nuestro país enfrenta en 2025 la tormenta perfecta del agro, resultado de tres factores combinados:
- Aumento sostenido de costos de producción.
- Caída de precios internacionales y nacionales.
- Ausencia de políticas públicas efectivas y no excluyentes.
Esta combinación está provocando una crisis de rentabilidad y supervivencia productiva sin precedente en más de 40 años, remarcó.
Llamado urgente
GCMA advierte que el sector agropecuario de granos no aguanta más.
“Se requiere una política agroalimentaria integral, moderna y equitativa, que reoriente los recursos hacia la productividad, la innovación y la adopción tecnológica, restablezca mecanismos de comercialización como el Ingreso Objetivo y la Agricultura por Contrato; y apoye a todos los productores que nos dan de comer todos los días”.
Productores realizan paros
Productores agrícolas realizan paros en varios estados ante la falta de apoyos y la crisis agroalimentaria más grave en décadas con el fin de demandar programas eficaces que contribuyan a atender sus necesidades.
Coinciden que enfrentan una de las peores crisis agroalimentarias en más de cuatro décadas, marcada por el aumento de costos, la caída de precios internacionales y la ausencia de políticas públicas eficaces.
Fuente: La Prensa