Sanidad e inocuidad, motor para el crecimiento de la producción de carne de cerdo en México
La porcicultura mexicana es el mejor ejemplo de que priorizar y proteger la salud del inventario es el mejor bien que pueden tener las cadenas productivas de proteína animal.
En 2005 se registró el último caso de Fiebre Porcina Clásica en México, a nivel internacional únicamente las zonas del Noroeste y Península contaban con reconocimiento internacional de estar libres de la enfermedad. La noticia de que los casos se habían extinguido dio un impulso a la producción de carne de cerdo en el país, creciendo desde entonces a un ritmo promedio de 2.7% anual gracias a lo cual llegó a las 1.65 millones de toneladas en 2020, lo que representa un incremento del 49% en comparación a las 1.10 millones de toneladas producidas en 2005.