El Economista: Suman más de 1,400 casos de gusano barrenador en México
Diego Badillo | 19 de mayo
México, con la ayuda de Estados Unidos, tardó 30 años en erradicar un brote de Gusano Barrenador del Ganado (GBG), ocurrido a finales del siglo pasado y principios del presente. Actualmente enfrenta una reinfestación y, aunque desde 2024 implementó un plan de emergencia ante el amenazante avance del parásito desde Panamá y Costa Rica, ―donde se notificaron brotes desde 2023―, el 21 de noviembre de 2024 se reportó el primer caso en territorio mexicano y, para el 9 de mayo pasado, sumaban ya más de 1,400 casos comprobados y 48,413 animales susceptibles en siete estados del sur del país. La movilización de ganado, de manera legal, como de contrabando, parece explicar, al menos en parte el problema.
Las autoridades mexicanas implementan una estrategia de contención, pues su erradicación tendrá que implicar un trabajo internacional y un presupuesto importante y tiempo. Por lo pronto, una de las primeras consecuencias ha sido el cierre por 15 días (del 11 al 25 de mayo) de la frontera de Estados Unidos a la importación de ganado procedente de México, lo cual, según algunos cálculos genera pérdidas por 11.4 millones de dólares diarios.
El GBG (Cochliomyia hominivorax) también llamado coquerel, es una larva que se alimenta de carne viva de los animales de sangre caliente como bovinos, caprinos, animales domésticos y silvestres, incluso puede afectar a los humanos causando miasis.
Las infestaciones se producen cuando la mosca hembra pone sus huevos en los bordes de heridas superficiales y ocasionalmente en mucosas. Una vez que las larvas se alimentan de los tejidos vivos y fluidos, crecen y progresivamente agrandan la herida. Después de alimentarse de cinco a siete días, las larvas dejan la herida y caen al suelo, cavan en la tierra para transformarse en pupa, y posteriormente en moscas.
El GBN no se contagia de animal a animal y si se atiende curando las heridas los animales se recuperan.
30 años costó deshacerse del parásito
De acuerdo con el Servicio Nacional de Sanidad Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica), en 1972, los gobiernos de México y Estados Unidos celebraron un acuerdo para implementar un programa para la erradicación del gusano barrenador del ganado. Así lo consigna el documento “Análisis del impacto potencial del Gusano Barrenador del Ganado en México”.
Según el Plan de Emergencia para hacer frente a la presencia de GBG en el sur de México, del mismo organismo, ese parásito no está (estaba) presente en México desde 2003, cuando se publicó oficialmente su erradicación en el Diario Oficial de la Federación.
Su erradicación completa para los territorios de México y Estados Unidos entre 1960 y 1991 implicó un costo de 750 millones de dólares, es decir, 955 millones en valor del 2020.
Concretamente, el programa de erradicación implementado en México implicó durante 19 años la dispersión de 250,631 millones de moscas estériles, durante 58,000 horas de vuelo. Ese programa tuvo un costo de 620 millones de dólares (790 millones de dólares de 2020).
México busca contener el problema en el sur
De acuerdo con datos del Servicio de Inspección de Sanidad Animal y Vegetal (USDA por sus siglas en inglés), los Servicios de Inspección Sanitaria de Animales y Plantas (APHIS, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos y el Senasica, del 21 de noviembre, cuando inició la emergencia zoosanitaria por la reaparición del GBG en México, hasta el 11 de mayo de 2025, se han confirmado 1,440 casos en siete estados del sur del país.
Por especie, en bovinos se tenía el registro de 1,230 casos (85.42%); equinos, 90 (6.25%).
María del Rocío Campuzano Hernández, especialista en Sanidad Agropecuaria Inocuidad y Calidad de los Agroalimentos del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IIACA), explicó a este periódico que son diferentes factores que explican el incremento en el número de casos registrados de GBG en México.
Incluso, puede ser la atención de los dueños de animales a los llamados de las autoridades a notificar los casos que detecten. “Eso puede estar reflejando el aparente incremento de casos”.
Dijo que si se retiran las larvas y se curan las heridas el ganado se recupera. “Sin heridas no hay gusaneras”.
Aparecen las consecuencias: EU cierra su frontera
Además de la afectación del ganado mexicano, la consecuencia más relevante para los productores mexicanos es el cierre de la frontera de Estados Unidos al ganado procedente de México.
De hecho, en noviembre pasado, a raíz del registro del primer caso en Catazajá, Chiapas, México, como medida precautoria, el Departamento de Agricultura de Estados Unidos pausó temporalmente la importación de ganado desde México. La frontera se reabrió el 5 de febrero de 2025, a través de las estaciones cuarentenarias de San Gerónimo, Chihuahua y Agua Prieta, Sonora.
El fin de semana pasado, en su cuenta de X, el secretario de Agricultura, Julio Berdegué informó que la secretaria de Agricultura de Estados Unidos, le comunicó que ese país cerraría la frontera a la exportación de ganado en pie por 15 días para revisar la estrategia conjunta para atacar el GBG.
El Consejo Nacional Agropecuario (CNA) señaló que se estima que, por la suspensión de exportaciones, México dejaría de ingresar 11.4 millones de dólares diarios en divisas provenientes de la venta de ganado.
Al respecto, el director general de Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA), Juan Carlos Anaya Castellanos, explicó a El Economista que México exporta diariamente a Estados Unidos entre 3,000 y 5,000 cabezas de ganado.
En 2024 se exportaron a esa nación un millón 277,000 cabezas, con un valor de 1,300 millones de dólares. Eso quiere decir que cada becerro que se exporta tiene un precio de alrededor de 1,100 dólares.
Dijo que el ganado que no se exporte al vecino país del norte, se venderá en el mercado nacional, donde se paga actualmente a alrededor de 88 pesos el kilo. En promedio cada animal pesa 250 kilos, por lo que cuesta alrededor de 22,000 pesos o 1,128 dólares.
En entrevista, el especialista consideró que es probable que con las medidas de contención implementadas por el gobierno mexicano en el sur del país, se logre convencer al gobierno de Estados Unidos y cumplidos los 15 días, abra nuevamente su frontera al ganado procedente de México.
Estimaciones citadas por Senasica, dependiente de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), señalan que el costo de una potencial reinfestación en la región ascendería a 830 millones de dólares.
El contrabando de animales explica parte del problema
Para Alejandro Zaldívar Gómez y sus compañeros académicos, el contrabando de animales explica al menos en parte el problema.
“En nuestro análisis, identificamos un umbral de 50 kilómetros para distinguir los desplazamientos inusuales o atípicos de los brotes. Este hallazgo indica que los movimientos más allá de esta distancia probablemente estén asociados con el movimiento no regulado o informal del ganado, en lugar de patrones naturales de dispersión”.
Fuentes del sector consultadas por este periódico refieren que en 2024 ingresaron de manera legal a México desde Centroamérica alrededor de 8,000 cabezas de ganado, pero se estima que de manera ilegal o de contrabando entre 600,000 y 800,000.
Generalmente ese ganado es para consumo nacional, puesto que el que se exporta a Estados Unidos es de alta calidad.
Las autoridades mexicanas realizan trabajos de inspección para evitar que el ganado afectado o enfermo llegue a los lugares de sacrificio y destinar la carne para consumo humano, pues se busca que EU permita nuevamente la entrada de ganado.
Fuente: El Economista