Dinero en Imagen | Se endurece la negociación agrícola y energética bajo el T-MEC
Alicia Salgado. 13 febrero 2023.
El viernes pasado, México solicitó incorporarse como tercera parte en la disputa que está camino a panel de controversias entre Estados Unidos y Canadá. Lo interesante es que no tomó una posición respecto a ninguna de las dos posturas.
La definición de este panel probablemente ocurrirá antes de que curse la de Estados Unidos contra México por la imposición de regulación y prácticas gubernamentales, que de facto han impedido la importación de granos genéticamente modificados.
Será el segundo panel de controversias, pues el primero fue sobre reglas de origen automotriz, que ganaron México y Canadá.
Aun cuando el presidente López Obrador, a través de Buenrostro, ha puesto sobre la mesa el extender hasta 2025, la prohibición, para las organizaciones agrícolas implica una especie de “patear el bote”, porque no resuelve de fondo lo que consideran una postura ideológica no científica, que tendrá efectos devastadores sobre la economía de varios de los estados agrícolas de la Unión Americana.
Y si considera, acorde con el Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA), que al cierre de 2022 la importación de granos y oleaginosas procedente de Estados Unidos sumó 17 mil 700 millones de dólares, el gasto más importante registrado desde 1993, se da cuenta de la importancia que tiene el multimillonario comercio.
De hecho, las importaciones de dichos granos, los afectados por la prohibición, subieron 17.6% en 2022 con respecto a 2021, cuando sumaron 15 mil millones de dólares, pero un porcentaje del incremento se debió al aumento de precio que se derivó a la guerra entre Rusia y Ucrania, pues México importó 38 billones de toneladas de granos en 2022, 1.5% menos que en 2021.
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