Lupita Gámez | 30 de agosto de 2025
Durante la conferencia «Perspectivas de Mercados Agrícolas de Granos», durante la semana de Agroconferencias de la Asociación de Agricultores del Río Fuerte Sur, Juan Carlos Anaya Castellanos, hizo un llamado urgente al Gobierno Federal para restablecer mecanismos que brinden certidumbre económica a los productores nacionales, en particular a los de maíz en Sinaloa.
Y es que, el director general del Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA), advirtió que el abandono de esquemas como la agricultura por contrato y la falta de una política clara de comercialización han afectado gravemente la rentabilidad del campo, en un contexto internacional adverso por los bajos precios, la sobreoferta mundial y un tipo de cambio desfavorable.
Panorama
«Sinaloa es el granero del maíz del país, y ha sido una lástima lo que ha pasado, porque eso ha hecho que se incrementen las importaciones. Parece que le estamos haciendo el mandado a los americanos: dejar de producir para que ellos nos vendan más”, señaló.
En ese sentido, subrayó que el actual sistema de precios de garantía beneficia solo a una pequeña fracción de los productores, lo que genera distorsiones en el mercado y deja fuera a los medianos y grandes agricultores, quienes también requieren respaldo.
«Lamentablemente, vemos que al gobierno no le gusta lo que es del pasado, sigue con precios de garantía obsoletos y solo para pequeños productores. Todos los productores son mexicanos y merecen certidumbre, sean pequeños, medianos o grandes”.
Sobre la eliminación del esquema de agricultura por contrato en 2019, Anaya Castellanos fue enfático en señalar que la agricultura por contrato fue un esquema que funcionó bien.
“La agricultura por contrato funcionó muy bien. Daba certeza desde que el productor iba a sembrar, ya sabía cuánto iba a recibir, y tenía un comprador. Además, con coberturas de precios, se podía enfrentar la volatilidad del mercado. No se debió eliminar”.
Crisis
Asimismo, el director del GCMA añadió que la incertidumbre se ha agudizado en el presente ciclo agrícola, pues a decir de la falta de contratos firmados a tiempo, durante los meses con mejores precios, ha derivado en pérdidas para el productor, mientras otros sectores ganaron.
«Este año el productor perdió porque no se firmaron contratos en febrero o marzo, cuando el maíz alcanzó casi cinco dólares por bushel. Así son los mercados: unos ganan y otros pierden, pero no se puede dejar al agricultor sin protección”.
También criticó la falta de propuestas claras para el presupuesto agrícola de 2026 y recordó que el proyecto se presenta el 8 de septiembre y que hasta el momento no hay señales de una estrategia que incluya recursos suficientes ni una política integral.
“No veo a nadie haciendo nada más que hablar. El presupuesto ya está por presentarse y no hay propuesta concreta. Pero recursos sí hay, el problema es que están mal dirigidos. Tenemos 17 mil millones en fertilizantes que no han dado resultados”.
Nuevo esquema
De igual forma, detalló que con los recursos actuales, si se aplicaran de manera eficiente, podría diseñarse un nuevo esquema de apoyo productivo.
«Con los 13 mil millones de pesos que hoy se destinan a precios de garantía, se podría operar una agricultura por contrato efectiva, que cubra más superficie y más productores, con mayor transparencia y certidumbre”.
En materia de rentabilidad, indicó que para el ciclo 2026, el costo de producción por hectárea en Sinaloa podría rondar los 52 mil pesos. Por ello, propuso establecer un precio de garantía entre los 6 mil y 6 mil 500 pesos por tonelada, lo cual permitiría un margen de utilidad de hasta 20 por ciento.
“Si hay buena lluvia y buena productividad, un precio de seis mil pesos puede generar hasta un 20 por ciento de ganancia. Algunos dirán que es poco, pero compárenlo con lo que da un banco. Lo importante es que el productor no pierda”.
También se refirió al impacto de los mercados internacionales. Señaló que México se ha convertido en uno de los principales compradores de granos a nivel mundial, especialmente de Estados Unidos, Brasil y Ucrania, debido a la caída en la producción nacional.
“Este año importaremos casi 25 millones de toneladas de maíz. Somos el gran cliente de los estadounidenses. Por eso no les conviene ponernos aranceles. Nos necesitan. Compramos maíz, trigo, soya, carne de cerdo y pollo”.
Por último, reconoció el potencial de los cultivos genéticamente modificados para enfrentar desafíos como la sequía y el bajo rendimiento, aunque aclaró que se requiere un enfoque técnico y no ideológico en este tema.
“Los transgénicos ayudan a mejorar la productividad y reducir costos. Estados Unidos duplicó sus rendimientos desde que los adoptó. México debe considerarlo seriamente si queremos mantenernos competitivos”.
Fuente: Debate Sinaloa