Fátima Arton | 14 de noviembre de 2025
México vive una crisis silenciosa que amenaza las bases de su seguridad alimentaria; el país que alguna vez fue la cuna del maíz hoy se ha convertido en su primer importador mundial, con una pérdida de más de 20 millones de toneladas de producción en solo tres años.
Así lo advirtió Fernando Cruz Morales, socio director del Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA), durante su conferencia en la Expo Agroalimentaria Guanajuato 2025, donde ofreció un panorama preocupante sobre la situación actual del sector agroalimentario nacional.
“México cae al décimo lugar como productor mundial de alimentos, a pesar de ser el séptimo exportador, rebasado incluso por países en guerra como Rusia y Ucrania”.
La caída en la producción, explicó, se debe a una combinación de malas políticas públicas, sequías extremas y falta de infraestructura hídrica.
“En Sinaloa, por ejemplo, la producción de maíz cayó de seis a dos millones de toneladas por falta de agua y planeación. Las presas se secaron y no se construyeron obras de captación. El cambio climático es una realidad que el gobierno ha decidido ignorar”.
Comentó que el panorama no es alentador, debido a que la producción nacional cerrará el año con 281 millones de toneladas, frente a las casi 300 millones de 2019, lo que representa una disminución sin precedentes; aunque el valor del sector primario se estima en 95 mil millones de dólares, el crecimiento no compensa la pérdida productiva.
“Tenemos un sector que crece más rápido que la economía general, pero eso no significa que estemos bien. Falta apoyo, planeación y visión estratégica”, puntualizó Fernando Cruz Morales.
Aseguró que la crisis productiva se suma la inseguridad.
“Los productores pagan derecho de piso, sufren robos en carreteras y extorsiones. La delincuencia organizada se ha vuelto un factor más del costo de producción”.
Señaló que las autoridades deben retomar el control de la política agroalimentaria. Propuso regresar a esquemas exitosos como la agricultura por contrato y los programas de comercialización internacional que ayudaban a los productores a competir en mercados globales.
“Estados Unidos y la Unión Europea tienen redes de seguridad para proteger a sus productores, México los abandonó y los resultados están a la vista”, afirmó.
La falta de incentivos también ha provocado un abandono generacional del campo.
“El 30% de la población rural tiene más de 65 años. Los jóvenes ya no quieren dedicarse a esto; prefieren migrar o buscar alternativas digitales. Hoy quieren ser tiktokers, no agricultores”, lamentó y añadió que la carga laboral, los bajos precios y las malas cosechas desmotivan a las nuevas generaciones.
Aun así, destacó que algunos sectores se mantienen como fortalezas nacionales. México continúa siendo líder mundial en exportación de aguacate, tomate, limón y pepino, además de tener una balanza comercial agroalimentaria superavitaria. Sin embargo, advirtió que ese superávit se reducirá este año a la mitad, de ocho mil 600 millones a cuatro mil millones de dólares, debido a la caída de los granos y al incremento en las importaciones.
“Estamos importando 49 millones de toneladas de productos, principalmente granos, con un valor de 17 mil millones de dólares. Solo de maíz importamos 23 millones de toneladas, y hasta 700 mil toneladas de maíz blanco, del que se suponía éramos autosuficientes. Es una paradoja terrible: la cuna del maíz siendo el principal importador del mundo.”
También advirtió sobre la pérdida de competitividad en productos clave como el trigo, del cual México pasó de ser exportador a importador por primera vez en cinco décadas, así como el sorgo, afectado por la falta de crédito, agua y sanidad vegetal.
A pesar del panorama crítico, Fernando Cruz Morales sostuvo que el campo mexicano sigue teniendo potencial, especialmente si se invierte en tecnificación, inteligencia artificial y buenas prácticas agroalimentarias.
“Antes de hablar de inteligencia artificial, necesitamos bitácoras, trazabilidad y disciplina productiva. Solo así podremos modernizar el campo”, enfatizó.
Finalmente hizo un llamado urgente a las autoridades de los tres niveles para reconocer el papel estratégico del agro en la economía nacional.
“Todos comemos de aquí. El campo mexicano no puede seguir siendo el último en la lista de prioridades. Si seguimos así, la siguiente crisis no será económica, será alimentaria”.
Fuente: El Sol de Irapuato