| 02 de octubre de 2025
Las recientes declaraciones de la Directora General de Alimentación para el Bienestar, María Luisa Albores González, encendieron la discusión sobre cómo se construyen los precios agroalimentarios en México y cuál debe ser el papel del Estado en garantizar ingresos justos para los productores.
Durante una conferencia el pasado 27 de septiembre, la funcionaria afirmó que “la Bolsa de Valores es la que determina los precios de los alimentos” y defendió que los precios de garantía aseguran ingresos justos para los agricultores. También señaló que “no todos necesitan cobertura de precios porque el gobierno ya garantiza el ingreso”.
Especialistas del Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA) advirtieron que estas afirmaciones generan confusión y riesgos en la política pública porque se confunde la Bolsa de Valores con la Bolsa de Futuros de Chicago, que en realidad es el referente mundial de los precios agrícolas para México, sobre todo para granos de alto valor como el maíz.
Además, la noción de “precios justos” es un concepto más político que técnico, pues los precios se determinan por la interacción entre oferta y demanda.
“Minimizar la importancia de las coberturas de precios deja vulnerables a productores frente a la volatilidad internacional”, de indicó por los especialistas.
¿Cuál es el papel de la Bolsa de Futuros de Chicago en México?
La Chicago Board of Trade (CBOT), parte del Chicago Mercantile Exchange (CME), concentra las transacciones globales de granos y oleaginosas. Este mercado refleja la oferta y demanda mundial y permite a los productores protegerse mediante contratos de futuros y opciones. Ignorar su rol es desconocer la lógica que rige los mercados agroalimentarios internacionales
El esquema de precios de garantía puede ayudar a pequeños agricultores en situación vulnerable, pero cuando se aplica solo a ciertas regiones o grupos, se convierte en un mecanismo discriminatorio y distorsionador, generando inequidad y alterando el mercado nacional.
Expertos de GCMA sugirieron que para lograr seguridad alimentaria y competitividad, las autoridades deben reconocer el rol de los mercados internacionales de futuros en la formación de precios, diseñar apoyos que complementen, y no sustituir las herramientas de cobertura.
También, prosiguieron, deben emitir mensajes claros y técnicamente sólidos para no desconectar al productor de la realidad del mercado
“El reto de México es construir una política agroalimentaria integral, que combine apoyos sociales con mecanismos modernos de gestión de riesgos”, indicaron los especialistas.
“Reducir la discusión a ‘precios justos’ sin sustento técnico puede generar incertidumbre y expectativas irreales. La clave está en equilibrar justicia social y realidad de mercado”.
Fuente: Revista Espejo