Proceso: ¿Quiénes pierden con la guerra de aranceles lanzada por Trump?
Enrique Alvarado González | 20 de diciembre del 2024
En los mercados mexicanos hay nerviosismo debido a las amenazas arancelarias lanzadas por Trump de cara a su regreso a la Casa Blanca con lo que podría ocasionar pérdidas a los sectores automotriz y agroalimentarios, pero también dañará a los consumidores de su país.
Todavía no asume el cargo pero el presidente electo de los Estados Unidos, Donald Trump ya dinamitó la relación comercial con sus principales socios y vecinos al afirmar que impondrá aranceles del 25 por ciento a todos los productos exportados por México y Canadá que ingresen a su país como medida de presión para que detengan la llegada de migrantes irregulares y el tráfico de drogas, en especial el fentanilo.
No es la primera vez que el empresario neoyorquino utiliza este tipo de amenazas como diplomacia económica. En su primer periodo de gobierno lo hizo con socios, aliados y enemigos por igual, como quedó demostrado con la guerra de aranceles que emprendió contra China en 2019 durante conversaciones comerciales.
“No es con amenazas ni con aranceles cómo se va a atender el fenómeno migratorio ni el consumo de drogas en Estados Unidos, se requiere de cooperación y entendimiento recíproco a estos grandes desafíos”, le reviró la presidenta de México, Claudia Sheinbaum a Trump en una carta pública donde afirmó que por cada arancel estadounidense su gobierno reaccionaría con uno igual hasta poner en riesgo empresas comunes como la automotriz General Motors, una de las principales exportadoras desde territorio azteca hacia EE. UU.
La intensidad en la respuesta de Sheinbaum abrió la puerta a una guerra arancelaria con la principal potencia económica del mundo que mantiene a la expectativa a algunos sectores que dependen del comercio bilateral por lo que “México debe estar preparado” ya que es muy probable que Trump cumpla su amenaza, así lo considera Mariana Aparicio Ramírez, coordinadora del Observatorio Binacional México-EE. UU. de la UNAM.
“Está muy claro que es uno de los instrumentos favoritos que aplicará para modificar comportamiento político a sus socios, amigos o aliados comerciales”, advirtió a France 24 la doctora en ciencias sociales, quien considera que los efectos negativos de los aranceles no serán suficientes para que Trump cambie de opinión.
Hay inquietud en la industria del maíz
México y EE. UU. forman junto con Canadá uno de los bloques comerciales más poderosos del mundo con intercambios a nivel regional valuados en más de 1.5 billones de dólares anuales. En el sector agroalimentario el intercambio de productos como maíz, carne y lácteos ha sido fundamental para complementarse. Sin embargo, las amenazas de Trump no sólo contradicen los principios fundamentales del T-MEC (Tratado entre México, EE. UU. y Canadá) sino que también pone en riesgo la integración lograda en la zona, en especial con el mercado azteca.
Aunque ambos países saldrían afectados en una escalada arancelaria, México se llevaría el mayor daño debido a la dependencia de su economía con el mercado de EE. UU.., coinciden especialistas consultados por France 24 quienes señalan que el país podría perder competitividad, se vería obligado a diversificar sus mercados y sufriría un daño de consideración en la generación de empleo en el campo.
Tan sólo en 2023 México reportó exportaciones por 434 mil millones de dólares hacia Estados Unidos, el principal mercado para productos agroalimentarios como el maíz blanco, el frijol, la carne de cerdo y de res. De hecho, alrededor del 84% de las exportaciones mexicanas no petroleras van directo hacia territorio estadounidense, por lo que un arancel del 25% afectaría de forma considerable el comercio de animales para consumo humano y granos básicos.
Uno de los sectores nacionales que ve con alerta las declaraciones de Trump es el gremio del maíz pues en una eventual guerra comercial el precio de la tortilla que pagan los consumidores sería el primer afectado debido a la dependencia de insumos que vienen de EE. UU. para manufacturar las tortillas, un alimento primordial para la dieta de los mexicanos cuyo precio ha subido en los últimos años de forma acelerada.
“Nos puede costar muy caro, lo veo difícil porque nosotros dependemos dentro de la cadena de abasto tenemos productos que se pasan a nivel internacional como el propio maíz, los energéticos como el gas, las refacciones, el papel que viene de importación todas estas materias primas entonces nos pegaría mucho porque una de las cosas que más compramos son refacciones (…) estamos preocupados y no vemos que el Estado tome las cosas como deben ser: de preocupación y de acción” afirmó a France 24 el presidente del Consejo Nacional de la Tortilla (CNT), Homero López García.
El también empresario alertó que un aumento en los aranceles impactaría de forma directa en los costos de la cadena de producción de tortillas y tendría un efecto negativo muy fuerte en el precio de la tortilla para el consumidor. “Al finalizar el año creo que no habrá ningún ajuste, pero sí es una incertidumbre que apliquen estas amenazas, el precio de la tortilla se verá afectado si se suben los aranceles tal como lo ha promulgado el próximo presidente de los EE. UU..”, indicó López García.
Sector agroalimentario y automotriz con incertidumbre
Desde hace 17 años México es el principal proveedor de productos del campo hacia EE. UU., de tal forma que si la guerra arancelaria se recarga en el sector agrícola provocaría un incremento de los costos en ambos países y un repunte en la inflación.
Juan Carlos Anaya, director general del Grupo Consultor de Mercados Agrícolas, está de acuerdo en que México tendrá repercusiones frente a otros mercados como la pérdida de competitividad, por ejemplo, en el sector de frutas y hortalizas ya que EE. UU. es nuestro principal sector exportador, además “somos su gran exportador de azúcar, también de carne de res, de puerco e importamos el 79% de allá”, comenta el especialista a France 24, quien considera que el presidente Trump debe ser el mayor preocupado por las afectaciones que sufrirán sus consumidores y productores.
“Somos su mayor comprador de maíz, de trigo, de fructosa, de pasta de soya y segundo de frijol soya y su tercer proveedor de carne de res entonces sí les vamos a afectar (…) se van a enojar los productores maiceros, solamente en este año el 40% de sus exportaciones de maíz vienen a México” indicó Anaya, quien considera que, debido al poder del sector agrícola en EE. UU., serán los propios agricultores quienes pidan al presidente no meterse con sus productos.
A pesar de la preocupación que existe entre consumidores mexicanos por el posible aumento en alimentos que llegan desde EE. UU., del especialista explicó que los aranceles propuestos por Trump podrían estar enfocados en otros sectores como el automotriz o el de manufactura por la presencia de China en su mercado y no precisamente en la industria agroalimentaria por la inflación que desataría para sus propios consumidores.
Al finalizar 2023 México se colocó como el principal importador de bienes automotrices hacia EE. UU.., con compras valuadas en 139 mil millones de dólares por vehículos y donde la mayor venta mexicana fue por concepto de partes y accesorios de vehículos automotores, tasada en 35 mil 979 millones de dólares, según datos de la Secretaría de Economía.
Estas cifras no sólo tienen que ver con la cercanía comercial, ya que con la pandemia México se convirtió en un centro global de fabricación de automóviles donde distintas compañías como General Motors, Stellantis o Ford trasladaron su producción para evadir los aranceles impuestos a productos de China, el principal competidor comercial de EE. UU. En la actualidad, casi todos los fabricantes estadounidenses dependen de autopartes mexicanas para producir sus autos por los bajos costos con relación al mercado local.
“Nadie ganaría ni ellos ni nosotros, es un tema político y conocemos que al presidente Trump le gusta anunciar (…) la dependencia que tenemos, la gran relación complementaria entre ambos países, una frontera de 3.152 kilómetros, yo creo que a nadie le convendría tener un problema de tipo comercial” manifestó el especialista en mercados agrícolas.
Consumidores y compañías de EE. UU. entre los afectados
De acuerdo con especialistas consultados por France 24, las empresas donde se muestra mayor nerviosismo por la incertidumbre comercial son las que participan en el comercio intrafirma porque serán las primeras afectadas, es decir, aquellas que mantienen operaciones en ambos países para enviar y recibir productos a través de la frontera.
“Son alrededor de 3.793 empresas de Estados Unidos que están aplicadas en el país (…) tienen una producción muy importante a raíz de los bajos costos con relación a los que se tienen allá”, explicó el maestro en relaciones internacionales, Ignacio Martínez Cortés, coordinador del Laboratorio de Análisis en Comercio, Economía y Negocios (LACEN) de la UNAM, quien también advirtió que la guerra arancelaria interrumpiría aún más las cadenas de suministro “porque muchas empresas de EE. UU.. se proveen de lo que se manufactura aquí”.
Por su parte, la doctora Aparicio Ramírez recordó que la imposición de aranceles que pretende Trump implica afectar de facto a sectores productivos de su propio país ya que “dentro de la cadena de producción de la región hay productos sensibles que son bienes intermedios para la producción, que cruzan muchas veces ambos lados de la frontera y no tienen aranceles precisamente para ser competitivos”, en concordancia con el T-MEC.
“Es un costo que está dispuesto a pagar, para él hay una prioridad de modificar el comportamiento político de México en temas muy particulares: migración, el fentanilo, la seguridad, el crimen organizado y utilizar instrumentos económicos y comerciales para lograrlo sería un mecanismo de coerción”, dijo la también doctora en ciencias sociales.
China, el elefante blanco en la habitación de Norteamérica
A pesar de la enérgica carta enviada por Sheinbaum, el presidente electo Trump siguió en la misma línea y en una entrevista afirmó que la mandataria mexicana le reprochó la imposición de aranceles a las exportaciones mexicanas durante una llamada que sostuvieron.
Este episodio fue desmentido por la presidenta mexicana quien previamente le recordó la importancia del comercio entre ambos países y aseveró que el T-MEC es la mejor herramienta para hacerle frente a China en el mercado internacional de quien dijo se beneficia de la ruptura en Norteamérica, un mensaje que se alinea con la retórica estadounidense para frenar la expansión comercial del gigante asiático.
Con estas declaraciones, para Ignacio Martínez queda claro que México optó por el “security station” de Washington y dejó atrás al dragón asiático en el sentido de que “hubo fuertes declaraciones contra China en su presentación más reciente pero antes en ese mismo sentido fueron las declaraciones del secretario de Economía, Ebrard (…) en el conflicto comercial entre China y EEUU. (Sheinbaum) ya se inclinó hacia un lado y sin duda es América del Norte” refirió el especialista.
Se espera que el 20 de enero, cuando Trump asuma el cargo, se hagan anuncios en materia comercial y migratoria, entre ellos el anunciado aumento de aranceles y un posible cierre de la frontera con México con lo cual también se sabrá si a la nueva administración le da mayor peso a la negociación política que a la salud de su sistema económico.
Fuente: Proceso