México no debe olvidarse o cancelar el acceso al cultivo de maíz transgénico porque está perdiendo competitividad en la producción, aseguró el ex secretario de Agricultura a nivel federal, Francisco Mayorga Castañeda.

Durante su participación en el Congreso Internacional Agroalimentario que se realizó en Expo Guadalajara, Mayorga sostuvo que se tienen los instrumentos mediante la Ley de Organismos Genéticamente Modificados que son muy claros, además de la Comisión Intersecretarial, que son herramientas potentes para que se aborde el tema desde ángulos como el ambiental, comercial y de salud.

“Existen las herramientas en la ley, en los reglamentos y en las normas para que con serenidad, objetividad y responsabilidad, avanzar en este campo”, comentó. “Tenemos los instrumentos para avanzar, pero como se ha satanizado este tema estamos retrocediendo”.

México publicó dos decretos en 2020 y 2023 donde se prohíbe el cultivo y la importación de maíz genéticamente modificado para consumo humano, es decir maíz blanco.

La prohibición evita que el maíz transgénico contamine a las plantas nativas del país y ponga en riesgo su biodiversidad.

“Esa prohibición ha quedado un poco en letra muerta, a la hora de la hora hemos importado, yo he hablado con algunas de las empresas que importan maíz para consumo humano y están importando maíz transgénico a pesar del decreto, pero no hay opción porque se puede subir el precio de los alimentos como la tortilla”, aseguró Mayorga Castañeda.

El próximo titular de la Secretaría de Agricultura del Gobierno de Claudia Sheinbaum, Julio Berdegué, también afirmó recientemente que no se permitirá la importación de maíz para consumo humano transgénico.

El ex funcionario recordó que hace algunos años se realizó un estudio de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio), el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (Inifap) y el Instituto de Ecología (Inecol), donde se detectó que la zona Norte del país era propicia para el cultivo de maíz transgénico sin afectar a los maíces criollos.

La investigación se enfocó en las Entidades fronterizas o cercanas a Estados Unidos como Baja California, Coahuila, Chihuahua, Tamaulipas, Nuevo León y Sinaloa.

“Ahí se pueden perfectamente cultivar organismos genéticamente modificados sin contaminar poblaciones nativas”, añadió.

Para Francisco Mayorga el problema se agrava con las políticas relativas a los transgénicos que han restringido la comercialización y meten en dudas a los compradores.

Mayorga Castañeda puso como ejemplo a China, país de origen de la soya y que actualmente importa más de 100 millones de toneladas cada año permitiendo los transgénicos.

Telón de fondo

Restricción afectará producción del maíz 

El decreto presidencial que restringe el uso de este tipo de grano en México y se emitió el 13 de febrero de 2023, engloba disposiciones para limitar el maíz transgénico, el uso de glifosato y el proceso de transición agroecológica.

Sin embargo, hay grupos empresariales que se oponen a esta decisión oficial, ya que temen que se reduzca la producción de maíz en México.

“El decreto se aleja en brindar la seguridad para la actividad productiva”, remarcó Alejandro Monteagudo Cuevas, presidente ejecutivo de la Unión Nacional de Avicultores.

Monteagudo sugirió la necesidad de ajustar, modificar o incluso revocar el decreto, al argumentar que ya existen leyes que ofrecen la protección deseada sin interferir en la actividad productiva.

El Gobierno ha argumentado que la comunidad científica en México reconoció que el uso del herbicida glifosato, causante de cáncer según la Organización Mundial de la Salud (OMS), junto con el cultivo de maíz transgénico, podría estar vinculado con el desarrollo de enfermedades renales y cáncer.

Sin embargo, Juan Carlos Anaya Castellanos, director general del Grupo Consultor de Mercados Agrícolas, subrayó que México está rezagado en la producción de maíz.

El empresario señaló que durante este Gobierno, a pesar de la implementación de varios programas de apoyo, la producción no ha experimentado un aumento significativo porque dichos programas son “más asistenciales que productivos”.