Entre enero y agosto de este año, la importación total de granos y oleaginosas como maíz, trigo y sorgo aumentó en conjunto 5.8 por ciento, pero a la hora de pagar, el valor fue 1.5 por ciento menor que en el mismo periodo de 2022.

En el caso del maíz, un grano en el que México depende de las importaciones, estas crecieron 12.5 por ciento anual, con un volumen total de 13 millones de toneladas producidas en el extranjero, pero en valor, el ritmo de crecimiento fue menor, con un alza de 11.6 por ciento anual, según datos de Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA).

Un caso más drástico fue el del trigo, que en los primeros ocho meses del año, el volumen de las compras al exterior subieron 2.7 por ciento, pero en valor se reportó una caída de 10. 8 por ciento, de acuerdo con la información del organismo.

Con los menores precios, los afectados son los productores nacionales, quienes tendrán dificultades para hacer la siembra del ciclo otoño-invierno, al no contar con recursos suficientes por no tener un buen precio de compra a nivel nacional y la mayor competencia extranjera, señaló Rogelio García Moreno, vicepresidente agrícola del Consejo Nacional Agropecuario (CNA).

“Hoy atravesamos una crisis difícil, hay productores que van a batallar para hacer su siguiente siembra, con el cierre de la Financiera Rural, con la falta de venta de sus cosechas, con la falta de pago de los préstamos de los avíos del ciclo pasado no han podido comercializar cosechas”, explicó el representante de los agricultores.

Si bien, al momento es difícil calcular el impacto, según las estimaciones del CNA, en este ciclo de cosechas de primavera-verano, que es la principal temporada, ya se reflejará una menor producción nacional, especialmente en maíz amarillo, en el cual México es deficitario y debe importarlo.

Buenas compras

Entre la importación de granos y oleaginosas, el costo de las compras de trigo y sorgo disminuyó este año.