El Heraldo | Maíz transgénico, en disputa comercial
Mariana Otero-Briz. 01 septiembre 2023.
No existe un consenso científico sobre el daño a la salud humana por el consumo de productos transgénicos -organismos genéticamente modificados a fin de incrementar su resistencia a plagas y sequías – a pesar de que, desde hace tres décadas, en América Latina se lleva a cabo su siembra y cosecha.
El gobierno mexicano se posicionó en el centro de este debate luego de que sus principales socios comerciales, Estados Unidos (EU) y Canadá, recurrieron a un panel de solución de controversias, establecido en el Capítulo 31 del T-MEC, por la publicación de un decreto (febrero 2023) en el que nuestro país prohibió el uso de maíz transgénico para masa y tortilla.
Para entender la posición en que se encuentra el país y los desafíos en caso de que dicho panel nos negará la razón, es necesario subrayar que México importa más de 90 por ciento del maíz amarillo utilizado para forraje y otras industrias, mientras que en consumo de maíz blanco somos autosuficientes.
El presidente Andrés Manuel López Obrador ha señalado que el objetivo es proteger la salud de los mexicanos y preservar las variedades de maíz nativo, mientras que la Secretaría de Economía, de Raquel Buenrostro, emitió un comunicado en el que afirma que las restricciones mexicanas no dañan las relaciones comerciales, ni los preceptos del T-MEC. Hay que añadir que el gernoplasma de nuestros maíces nativos se encuentra resguardado y garantizado en laboratorios certificados.
Sin embargo, para expertos como Juan Carlos Anaya, director de Grupo Consultor de Mercados Agrícolas, la disputa trasciende la frontera comercial hasta el terreno de los principios y la ética, pues tanto EU como Canadá permiten el consumo interno de estos productos, y de encontrarse (algún día) pruebas científicas irrefutables de daños a la salud incurrirían en un error histórico.
En nuestro territorio, movimientos como Sin Maíz no hay País y otras agrupaciones campesinas y ambientalistas aplaudieron la prohibición pues comparten el criterio de los presuntos daños, sin embargo, Canadá fue enfático a través de Marie-Claude Bibeau, ministra de Agricultura, al asegurar que esto no está respaldado científicamente y puede perturbar innecesariamente el comercio trilateral.
Las consecuencias de perder en el panel pueden llegar hasta la imposición de aranceles compensatorios que afectarían nuestras exportaciones.
Pero también debe preocuparnos que una decisión de gobierno se sustente en evidencia científica y se aleje de fanatismos e ideologías.
La biotecnología agrícola es utilizada en todo el mundo, incluso Brasil y Argentina la emplean en su producción de granos, pues su objetivo es garantizar la seguridad alimentaria, y en el caso de México, que sectores como el avícola y porcícola tengan acceso a los insumos para abastecer a la población de productos indispensables como huevo, pollo y carne.
Por: Mariana Otero-Briz
Periodista y escritora
Fuente: El Heraldo