Goula: Escándalos y fracasos recientes en el campo mexicano: Financiera Rural y Segalmex

Armando Aguilar. 22

La extinción de la financiera de los pequeños productores y los desfalcos al organismo encargado de garantizar la alimentación de los más necesitados ponen en duda el rumbo del campo nacional.

La estrategia del gobierno federal para alcanzar la seguridad y autosuficiencia alimentaria ha sufrido serios cuestionamientos en los últimos meses. Para los directamente involucrados y afectados, la desaparición de la Financiera Nacional de Desarrollo Agropecuario, Rural, Forestal y Pesquero (FND) y los casos de corrupción en Segalmex representan duros golpes para el sector agroalimentario mexicano.

Mientras tanto, el gobierno mexicano de la llamada 4ta Transformación, o 4T, apuesta a su plan de pocos programas, con un enfoque de apoyos directos, sin intermediarios. Estas medidas pretenden estar orientadas hacia la productividad del campo. Sin embargo, la incertidumbre crece porque la mayoría de los analistas no vislumbran un buen panorama.

Extinción de Financiera Rural, una estocada para los pequeños productores

El pasado 28 de abril, entre las iniciativas que los senadores del partido gobernante, Morena, aprobaron fast track y sin presencia de senadores de oposición, se dio el visto bueno a la desaparición de la Financiera Nacional de Desarrollo Agropecuario, Rural, Forestal y Pesquero (FND).

Financiera Rural, como se le conoce de manera popular, es la heredera de una larga tradición de organismos estatales que han apoyado el desarrollo del sector agropecuario mexicano con préstamos de capital competitivos.

“El cierre de la FND dejará a los productores al desamparo de una institución financiera que ha brindado créditos y apoyo desde hace casi 100 años”, lamentó el Consejo Nacional Agropecuario (CNA) en un comunicado del 16 abril tras darse a conocer las intenciones del presidente Andrés Manuel López Obrador de desaparecer el organismo descentralizado.

Aunque senadores de la oposición demandan discutir a fondo el tema, el destino de FND parece echado. “La desaparición de Financiera Nacional es una lamentable noticia para los micro, pequeños y medianos productores”, comenta para Goula Juan Carlos Anaya, director de Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA).

De acuerdo con datos del GCMA, en 2018, la FND tuvo créditos hasta por 60 mil millones de pesos con una cartera vencida de máximo 6%. A partir de 2019, durante el primer año del presidente López Obrador, los números comenzaron a moverse para mal, hasta noviembre de 2002 cuando los créditos eran por 30 mil millones de pesos con una cartera vencida de 24%, lo que llevó a Financiera Rural a un problema serio de inoperancia.

Para los legisladores que impulsaron la iniciativa, la quiebra es resultado de una depredación de los recursos por parte de intermediarios financieros. “Vamos a extinguir esta institución epítome de la corrupción porque la dejaron seca”, dijo en el podio del Congreso la diputada morenista María García, el 26 de abril pasado. Para los opositores en realidad se trata del resultado de una mala operación del organismo.

“El funcionamiento no es culpa de la institución, es culpa de la mala administración y operación cuando no tienes gente con la capacidad y el conocimiento financiero para el campo, para el sector agropecuario”, apunta Juan Carlos Anaya.

Los programas gubernamentales de apoyo al financiamiento para micro, pequeños y medianos productores del sector agropecuario habían logrado mantener la tasa de interés en un sólo dígito. Con la desaparición de una banca integral y especializada en el campo, los productores más vulnerables estarán expuestos a las tasas de la banca comercial que (en parte por la inflación) llegan a un nivel de hasta 20%.

Javier Yesaki, presidente del Cluster Agroalimentario de Nuevo León (Agroalim), considera que Financiera Rural había alcanzado casos de éxito dentro del campo mexicano y señala algo ineludible: la producción de alimentos necesita financiamiento. “Para los productores tener una opción menos en ese sentido es altamente negativo”, advierte.

Yesaki considera que todos en el sector están de acuerdo en que no haya casos de instituciones mal administradas o con corrupción, pero que se debe implementar una verdadera alternativa a aquello que está por desaparecer. “Si vamos a extirpar un cáncer matando al paciente, no se cumple el objetivo. Que se extirpe lo que está mal, pero que prevalezca lo que funcionaba”, comparte.

Juan Carlos Anaya, director de GCMA, concluye: “Es lamentable que el campo, que supuestamente para el gobierno es importante porque México debe alcanzar la autosuficiencia alimentaria, se quedé sin un banco de desarrollo que atiende a los productores pequeños y medianos”.

Fuente: Goula