GCMA-La Jornada. Disminuyó la superficie destinada a cultivo de maíz.

Braulio Carbajal – 21.08.2022.

Al cierre del primer semestre de 2022 la superficie cosechada de maíz, tanto blanco como amarillo, registró una caída de 8.1 por ciento respecto del mismo periodo del año pasado, revelan cifras oficiales recopiladas por un organismo privado. Lo anterior se da en un contexto en el que México necesita incrementar su producción para ser autosuficiente.

Un estudio del Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA), con base en cifras del Servicio de Administración Tributaria y del Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera, indican que entre enero y junio pasados la superficie cosechada de maíz fue de 2 millones 539 mil hectáreas, cuando en el mismo periodo de 2021 era de 2 millones 759 mil.

El estudio del GCMA deja ver cómo en las pasadas dos décadas, lejos de incrementar la superficie de cosecha de maíz, este ha disminuido por varios periodos. Por ejemplo, durante el sexenio de Ernesto Zedillo, la extensión de tierra para este grano era de 7 millones 608 mil hectáreas en promedio por año.

Durante los años que gobernó Vicente Fox, el promedio fue de 7 millones 341 mil hectáreas; para el de Felipe Calderón, fue de 6 millones 840 mil; con Enrique Peña Nieto subió ligeramente, a 7 millones 217 mil, y para los tres años del mandato de Andrés Manuel López Obrador el promedio es de 6 millones 995 mil hectáreas.

La tendencia también se refleja en la producción, pues la recopilación del GCMA muestra que, entre enero y junio de 2022 la producción de maíz tanto blanco como amarillo se ubicó en 11 millones 808 mil toneladas, 7.4 por ciento menos respecto de las 12 millones 750 mil del mismo periodo del año pasado.

El organismo privado pronostica que México cerrará 2022 con una producción de 27 millones 269 mil toneladas, lo que representará una ligera caída de 0.4 por ciento en comparación con las 27 millones 392 mil toneladas de 2021. Dichas cifras son inferiores a las 27 millones 567 mil promedio de 2016 a 2020.

El problema es que el consumo de la población no se detiene, pues mientras que el promedio anual de 2016 a 2020 fue de 42 millones 205 mil toneladas, para 2021 aumentó a 44 millones 884 mil, mientras para 2022 se estima terminé en 44 millones 847 mil toneladas.

Nota en La Jornada