GCMA-DINERO EN IMAGEN. Pacic necesita ampliarse y apoyar a los grandes productores de alimentos.
Lindsay H. Esquivel.
El paquete Contra la Inflación y la Carestía (Pacic), carece de incentivos que ayuden a minimizar los costos de producción en el sector agroindustrial, “pues sólo apoya al control de precios”, dijo Juan Carlos Anaya, director general del Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA).
Recordó que desde abril de 2020 se han reflejado importantes alzas en los precios del maíz, la soya y el trigo, y ahora se ha visto un recrudecimiento con la guerra entre Rusia y Ucrania. A lo que se suma el precio de los fertilizantes.
El maíz ha subido alrededor de 39%, el trigo cerca de 60% en el último año; a lo anterior se añade el alza en los fertilizantes. El Pacic ayuda a los pequeños productores, que son del autoabasto, no a los que producen para vender”, comentó.
De acuerdo con los datos del GCMA, los costos de producción del maíz en Jalisco, por ejemplo, reportaron un incremento del 31 por ciento, mientras que el costo de fertilizantes se estima que será del 63% en relación a los costos del año pasado.
En cuanto al trigo, el costo de producción ha repuntado 59% entre febrero de 2022 y febrero de 2021.
En Sonora, por ejemplo, el incremento de los costos para producir trigo es un 25% mayor: costaba 22,500 pesos por hectárea y hoy cuesta 28 mil pesos”.
Mientras que la variación de costos de fertilizantes considerados para la producción de trigo ha tenido un repunte de 49 %.
El Pacic contempla eliminar la cuota compensatoria por un año para la importación de sulfato de amonio, que serpa una herramienta útil para la disponibilidad de fertilizantes. Anaya comentó que el programa aplica sólo para productores de hasta cinco hectáreas, que son el 97% de pequeños productores de maíz en México; mientras que los medianos y grandes productores que abastecen el mercado, no tiene acceso a este tipo de apoyos.
El director mencionó que el sector de frutas y verduras ha incrementado sus precios debido a problemas climáticos estacionales, como el caso del aguacate y limón.
Mientras, el sector pecuario vio incrementos en los costos de las materias primas, como el maíz forrajero, aunque el impacto al consumidor no ha sido abrupto.
