EL ECONOMISTA : Granero de México, al borde del incendio

Marco A Mares. 14

El granero de México, está al borde del incendio.

Al grito de “precio justo” los productores de maíz y trigo, de Sinaloa, Sonora y Tamaulipas han tomado plantas de Pemex y carreteras y realizan bloqueos de ferrocarril.

La respuesta gubernamental se ha endurecido. La secretaría de Gobernación, encabezada por Adán Augusto López para hoy 15 de mayo fue cancelada. Junto con el gobierno del estado de Sinaloa que encabeza Rubén Rocha Moya dijo que tal reunión se celebrará hasta que se levanten los bloqueos en tres plantas de Pemex.

Son las tres entidades del país, consideradas como el granero de México.

Sinaloa es el productor número uno de maíz, Sonora de trigo y Tamaulipas, de sorgo.

Se registra un coctel de factores que complican la situación justo en el corazón de la producción de granos del país.

Entre tales factores destacan los precios de garantía que instauró el actual gobierno, entre otras políticas sectoriales, que están resultando insuficientes e ineficientes para la totalidad de los productores.

Pero también están los aumentos en los costos de producción, la caída de los precios de mercado y la apreciación del peso frente al dólar.

El conjunto de factores se está traduciendo en la pérdida de rentabilidad de los productores y que no puedan cubrir sus créditos y mantener su actividad productiva, señala un análisis del Grupo Consultor de Mercados Agrícolas que encabeza Juan Carlos Anaya.

En su diagnóstico, señala que el perfil de las políticas gubernamentales es de programas asistenciales.

El meollo es que no buscan aumentar la producción, de hecho se está reduciendo.

A la fecha, México –dice el órgano consultor– sólo está produciendo el 52% de lo que consume.

La producción en el sexenio ha aumentado solo el 1%.

Al mismo tiempo, las importaciones han crecido. México ya es el primer importador de maíz.

De las políticas sectoriales oficiales destacan la creación de Segalmex sobre la estructura de la extinta Conasupo, Liconsa y Diconsa.

En sustitución de Aserca y del ingreso objetivo, volvieron los precios de garantía pero solo para pequeños productores de maíz, trigo, frijol, arroz y leche.

Las diferencias en los modelos gubernamentales son notables.En tanto que la nueva estructura creada en esta administración inició con un presupuesto de 6 mil millones de pesos y aumentó a 11 mil 958 millones de pesos, solo atiende la comercialización de mil 700 toneladas métricas aproximadamente y no más de 300 mil productores.

Aserca, con un presupuesto promedio del sexenio del 2012 al 2018 de 8,500 millones de pesos, atendía una producción comercial de 15 millones de toneladas métricas y 272 mil productores.

El problema es estructural y circunstancial. Las políticas públicas no han resultado y los aumentos en los costos de producción, la caída de los precios de mercado y la apreciación del peso frente al dólar, han agravado la circunstancia.

La respuesta oficial ha sido insuficiente y hasta confusa. Quedó en el registro el anuncio del gobernador Rocha Moya en el sentido de que se aplicarían aranceles.

La secretaria de Economía, Raquel Buenrostro, de inmediato salió a desmentir al mandatario local, vía redes sociales.

Hasta ahora oficialmente solo se anunció para Sinaloa, que Segalmex y el gobierno del estado comprarían 1.8 millones de toneladas métricas de la cosecha de maíz (30%) y 4.4 millones de toneladas métricas al mercado, que no resuelve la comercialización de la cosecha de Sinaloa y no atiende a los estados de Sonora y Tamaulipas.

El GCMA considera que el gobierno debería volver a establecer la red de seguridad con el concepto de ingresos objetivo que cubra los costos de producción y una utilidad razonable para el productor.

Con un presupuesto de entre 12 mil a 14 mil millones de pesos podría atenderse una producción de 11 millones de toneladas métricas de maíz, trigo y sorgo.

Esta cifra es menor a los 17 mil millones de pesos con los que se apoya a Pemex en un trimestre; a los 16 mil millones de pesos que se destinan a Fertilizantes y menor a los 29 mil millones de pesos que se destinan a Sembrando Vida.

Y es muy inferior a los 502 mil millones de pesos que se destinan al fideicomiso de las grandes obras que realiza la Defensa Nacional.

Lo cierto es que la realidad está dejando en evidencia que los programas gubernamentales que no se evaluaron y sometieron a procesos de análisis y prospectiva, están generando problemas en donde no los había.

Peligrosamente, el granero de México está al borde del incendio. Ojalá se atienda con la suficiente inteligencia y sensibilidad social.

Fuente: El Economista